Agentes de inteligencia rusos habrían ordenado a supremacistas blancos enviar cartas bomba en España, dicen funcionarios de EE.UU.
olivertapia
(CNN) — Funcionarios estadounidenses creen que agentes de inteligencia rusos ordenaron a un grupo de supremacistas blancos rusos llevar a cabo una campaña de cartas bomba que sacudió Madrid a finales del año pasado, contra el presidente del Gobierno español, las embajadas de EE.UU. y Ucrania, así como el Ministerio de Defensa español, según funcionarios estadounidenses actuales y anteriores.
Las autoridades españolas aún no han realizado ningún arresto en relación con los ataques, que lesionaron a un empleado de la embajada de Ucrania, pero en ese momento se sospechaba ampliamente que estaban relacionados con el apoyo de España a Kyiv.
Algunos detalles de cómo, exactamente, se dirigió y llevó a cabo la campaña siguen siendo confusos, dijeron dos funcionarios estadounidenses. No está claro cuánto conocimiento, si es que hubo alguno, tenían el Kremlin o el propio presidente ruso, Vladimir Putin.
Un policía español monta guardia cerca de la embajada de Estados Unidos en Madrid, el 1 de diciembre de 2022, tras recibir una carta bomba, similar a otra que estalló en la embajada de Ucrania. (Oscar Del Pozo/AFP/Getty Images)
Aún así, los funcionarios estadounidenses ahora creen que el ataque probablemente fue un disparo de advertencia para los gobiernos europeos que se han movilizado en torno a Ucrania desde la invasión de Rusia en febrero del año pasado.
The New York Times informó por primera vez sobre la supuesta participación de la inteligencia rusa en los ataques.
Un portavoz del Departamento de Estado se negó a comentar “sobre asuntos relacionados con inteligencia filtrada o investigaciones policiales activas”, y se refirió al gobierno español “para obtener información relacionada con su investigación en curso”.
“Condenamos todos los intentos de las entidades de dañar e intimidar a funcionarios gubernamentales y embajadas extranjeras”, agregó el vocero.
A medida que avanza la guerra, y particularmente si la posición de Rusia en el campo de batalla se deteriora, los funcionarios estadounidenses esperan que Rusia intente buscar grupos de apoyo con los que pueda trabajar para aumentar el temor de posibles ataques terroristas llevados a cabo por grupos respaldados por Rusia en Europa y Medio Oriente, explicó un funcionario estadounidense.
El Departamento de Estado designó al grupo supremacista blanco, el Movimiento Imperial Ruso (RIM), como una organización terrorista global en 2020. Se cree que el grupo tiene conexiones con las agencias de inteligencia rusas y ha sido utilizado como una fuerza de representación antes, dijeron a CNN funcionarios actuales y anteriores familiarizados con la inteligencia estadounidense. Pero esas conexiones son turbias, enfatizaron estas personas, en parte porque Estados Unidos carece de buena visibilidad dentro de RIM.
Pero la posibilidad de que un órgano del gobierno ruso, la agencia de inteligencia militar, el GRU, parezca haber estado involucrado en los ataques probablemente aumente la presión sobre la administración Biden para nombrar a Rusia como un estado patrocinador del terrorismo, según un funcionario actual y un exfuncionario estadounidense. Hasta ahora, la administración ha evitado dar ese paso, a pesar de la presión de funcionarios clave del Congreso, incluida la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Hay inconvenientes en dar ese paso, señaló un funcionario estadounidense, en particular porque limita la capacidad de la administración para comprometerse con Rusia en áreas en las que podría querer hacerlo.
El grupo supremacista blanco, RIM, tiene asociados en toda Europa y opera centros de entrenamiento de estilo militar dentro de Rusia, pero no está afiliado formalmente al gobierno ruso. Pero, dijo un exfuncionario de EE.UU., “no hay duda de que RIM opera en Rusia porque tiene permitido operar en Rusia”.
Mientras tanto, el GRU ha llevado a cabo operaciones cada vez más audaces en toda Europa y más allá, incluidos intentos de asesinato. También se cree que ofreció recompensas a los militantes vinculados a los talibanes por matar a soldados estadounidenses en Afganistán, aunque en ese caso, también, los informes de inteligencia seguían siendo turbios y la participación del Kremlin no estaba clara.
Jennifer Hansler de CNN contribuyó con el reportaje.
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