“Bebé Victoria”, una muñeca con rasgos de síndrome de Down está en Ecuador para romper moldes y prejuicios
Sofía Benavides
(CNN Español) — Luchar en familia contra la discriminación a través del juego puede convertirse en una herramienta didáctica y práctica para eliminar prejuicios y estereotipos, y para eso llegó “Bebé Victoria” a Ecuador, la primera muñeca con rasgos de síndrome de Down en el país creada por una persona particular.
El diseño de la muñeca promueve que los niños puedan aprender a respetarse y aceptarse en medio de sus diferencias. La creadora de la muñeca, Belén Bonnard, una psicóloga clínica, se inspiró en su pequeña hija Ana Victoria Hidalgo y busca que padres e hijos naturalicen más las cosas que los hacen distintos.
Una historia de amor, resiliencia y lucha contra la discriminación
Cuando la pequeña Ana Victoria Hidalgo llegó al mundo, hace casi dos años, la vida de su madre María Belén Bonnard dio un giro inesperado, pero a la vez desafiante.
Ana Victoria nació con síndrome de Down y su condición impulsó a su madre a convertir su experiencia personal en una poderosa oportunidad para modificar patrones y luchar contra la discriminación en Ecuador.
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En base en toda la información que debido al caso de su hija Bonnard revisó, estudió e investigó tomó la iniciativa de idear y lanzar en noviembre al mercado “Bebé Victoria”, la primera muñeca con rasgos de síndrome de Down creada por una persona particular en el país y que fue inspirada en la pequeña Ana Victoria, hija de Bonnard.
“Los niños aprenden a través del juego. Es la primera forma en la que conocen el mundo. Entonces, ‘Bebé Victoria’ era la forma de que todos los niños pudieran tener la experiencia de conocer una persona con síndrome de Down y que sus papás tengan la excusa de hablar sobre las diferencias en casa desde que somos tan pequeños, de tal manera que sea natural saber que somos diferentes desde pequeños”, dijo Belén Bonnard a CNN.
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A esta psicóloga clínica guayaquileña le motiva la idea de un mundo en el que las oportunidades superen los prejuicios y donde las diferencias se normalicen. Considera que es necesario empezar a romper los patrones establecidos y que las personas se reconozcan entre la diversidad.
“Nunca ha sido normal que todos seamos exactamente iguales, el mundo a veces nos quiere vender la misma lista de cosas por cumplir para ser exitosos y alcanzar la felicidad. Y si nos ponemos a analizar de manera más profunda el mundo, ¿cuántas personas tienen ese, entre comillas, éxito que el mundo nos vende, y son sumamente infelices?”, se pregunta Bonnard.
Una comunidad virtual que crece en busca la inclusión
A través del poder de las redes sociales, Bonnard ha motivado a otros padres a enfrentar los diagnósticos de síndrome de Down en sus hijos con más información y educación para integrarlos en un camino más inclusivo. Una comunidad virtual que, día a día, le hace preguntas, comentarios y amplifica una red de apoyo y resiliencia.
Los fondos recaudados por la venta de las muñecas serán destinados, según Bonnard, a familias que no cuenten con recursos para acceder a terapias para sus niños.
“Apostar por cambiar lo que se ha venido haciendo igual, cambiar el molde, romper con lo que siempre ha sido y no tiene que seguir siendo así, si nosotros hacemos algo, y por otro lado a los papás invitarlos a no tener miedo de hablar de lo diferentes que somos, que si les preguntan sobre un niño con síndrome de Down lo hablen con naturalidad sin esconderlo, sin vergüenza”, insiste Bonnard.
¿Cómo se logró la fabricación de “Bebé Victoria”?
La creación de “Bebé Victoria” tardó 19 meses y tuvo complejidades. No se había producido antes en Ecuador por lo que Bonnard buscó apoyo de la empresa privada para su diseño y fabricación… además de los procesos burocráticos para sacarla a la venta. Cuenta que no fue fácil obtener ciertos materiales como el pelo o los ojos en tonos oscuros para la muñeca. Es una muestra, dice Bonnard, de que los patrones siguen aún arraigados a pesar de convivir en una sociedad mayoritariamente mestiza.
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“El mundo cambia un niño a la vez”
Belén Bonnard espera que las nuevas generaciones con las que la pequeña Ana Victoria y otros niños con síndrome de Down compartirán en el futuro en su trabajo, en la escuela y en la vida cotidiana estén más sintonizadas con la igualdad y el respeto a las diferencias. Y, por eso, propone que el mundo cambie “un niño a la vez”.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el síndrome de Down es una afección genética que conlleva diferencias en el desarrollo físico e intelectual con respecto a las demás personas.
Los CDC señalan que los bebés con síndrome de Down tienen una copia extra de uno de estos cromosomas: el cromosoma 21 y esta copia extra “cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto problemas mentales como físicos”, puntualiza.
La incidencia mundial reportada por la ONU se ubica en promedio en 1 de cada 1.000 recién nacidos en el mundo.
En diciembre de 2011, la Asamblea General designó el 21 de marzo como el Día Mundial del Síndrome de Down para promover más conciencia sobre la dignidad y las valiosas contribuciones de las personas que nacieron con esta afección.
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