Por qué el viaje a Taiwán de senadores de EE.UU. a bordo de un avión militar es una enorme provocación para Beijing
Germán Padinger
(CNN) — Taiwán finalmente comienza a recibir de parte de Estados Unidos la ayuda que necesita para luchar contra su creciente brote de coronavirus. Pero para China, la oferta es una gran provocación que corre el riesgo de agravar las relaciones entre ambos lados del estrecho y entre Washington y Beijing.
Una delegación de senadores estadounidenses visitó Taiwán el domingo por la mañana, hora local, para anunciar la donación de 750.000 dosis de la vacuna covid-19. La presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, calificó a las vacunas como una «lluvia oportuna» para la isla, que sólo ha vacunado al 3% de su población y que el sábado registró el mayor número de muertes diarias por coronavirus, con 37 fallecidos.
«Para Estados Unidos era fundamental que Taiwán estuviera incluido en el primer grupo en recibir las vacunas porque reconocemos su urgente necesidad y valoramos esta asociación», dijo la senadora Tammy Duckworth durante la visita de tres horas.
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Es probable que la donación provoque la ira de Beijing, que se ha resentido ante la aparente negativa de Taipei a aceptar su oferta de vacunas contra el coronavirus fabricadas en China. Taipei, por su parte, ha acusado a Beijing de bloquear sus esfuerzos por comprar vacunas a nivel internacional, en lugar de intentar ayudar.
Al pronunciar su discurso de bienvenida a los visitantes estadounidenses el domingo, el ministro de Asuntos Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, volvió a criticar a Beijing. «Aunque estamos haciendo todo lo posible para importar vacunas, debemos superar los obstáculos para garantizar que estos medicamentos que salvan vidas lleguen libres de problemas desde Beijing. Taiwán está familiarizado con este tipo de obstrucciones», dijo.
La llegada del transporte militar C-17
Pero el mayor llamado de atención a Beijing quizá no sean los comentarios de Wu ni el acuerdo de donación de vacunas en sí, sino el avión militar estadounidense aparcado en la pista.
Un grupo de senadores de Estados Unidos frente al avión militar de carga C-17 Globbemaster III tras su arribo al aeropuerto Songshan en Taiwán, el 6 de junio.
La delegación estadounidense llegó al aeropuerto taiwanés de Songshan en una aeronave de carga C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea de EE.UU., el principal avión de transporte estratégico del ejército estadounidense.
Anteriormente, funcionarios y políticos estadounidenses habían volado a Taiwán en el C-40, una versión militar del avión comercial Boeing 737, según la Agencia Central de Noticias de Taiwán.
La presencia en Taiwán de un avión de transporte militar estadounidense capaz de llevar tropas y carga -incluyendo artillería, carros de combate y helicópteros- probablemente desencadenará una respuesta contundente por parte de Beijing.
El tabloide estatal nacionalista Global Times ya ha arremetido contra la inusual elección del avión. «Quieren hacer del aterrizaje del C-17 en la isla un hecho que debe ser aceptado por el continente, allanando el camino para que Estados Unidos y Taiwán sigan intensificando su connivencia», dijo en un editorial el domingo.
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En un informe separado, el periódico citó a Lu Xiang, experto en relaciones internacionales en un centro de estudios respaldado por el gobierno, diciendo que la visita era «la provocación más grave» de EE.UU. desde que Biden asumió el cargo, y que la Beijing «no se quedará de brazos cruzados».
Amenazas de China
Anteriormente, los medios estatales de China ya habían amenazado con ir la guerra como respuesta a la presencia de aviones militares estadounidenses en Taiwán. El pasado mes de agosto, en medio de reportes de que un avión espía de la Marina estadounidense podría haber despegado de Taiwán, el Global Times dijo que Taipei y Washington estaban «jugando con fuego».
«Si la isla ha habilitado el despegue y aterrizaje de aviones militares estadounidenses, está cruzando la línea roja de China para salvaguardar la unidad nacional. Esto será muy grave», dijo en un editorial el 31 de agosto.
«Si China tiene pruebas concluyentes, puede destruir el aeropuerto correspondiente de la isla y los aviones militares estadounidenses que aterricen en él: comenzará de esta forma una guerra en el estrecho de Taiwán».
Sin embargo, en su editorial del domingo, el Global Times parece haber atenuado su discurso bélico, pidiendo en cambio prudencia en la respuesta de Beijing.
«Tenemos la libertad real de tomar las medidas que creamos necesarias. Lo que debemos tener en cuenta es que los efectos deben ser positivos y los beneficios políticos deben superar con creces los costos», decía.