Hombre muere en Filipinas después de ser obligado a hacer 300 sentadillas por violar el toque de queda por covid-19
(CNN) — Un hombre en Filipinas murió después de ser obligado a hacer 300 sentadillas por violar los toques de queda por el covid-19, lo que lo convierte en la última víctima del enfoque muchas veces brutal del país para hacer cumplir las restricciones.
El 1 de abril, Darren Manaog Peñaredondo, de 28 años, salió de su casa en General Trias, una ciudad en la provincia de Cavite, que está confinada debido al aumento de casos de covid-19, para comprar agua, dijo su familia, según CNN Filipinas, afiliada de CNN.
Pero la policía lo detuvo y le dijo que hiciera «sentadillas» unas 100 veces, según el informe. La policía le hizo repetir los ejercicios, con lo que al final hizo unas 300 repeticiones.
Un agente de policía inspecciona a los automovilistas en un puesto de control de cuarentena el 29 de marzo de 2021 en Marikina, Metro Manila, Filipinas.
«Comenzó a convulsionar el sábado, pero pudimos reanimarlo en casa. Luego su cuerpo falló, así que lo reanimamos nuevamente, pero ya estaba en coma», dijo su familia, según el informe. Peñaredondo murió a las 10 de la noche, dijo la familia.
Filipinas tiene uno de los números de casos de covid-19 más altos de todos los países de Asia: ha registrado más de 819.000 infecciones y 14.000 muertes, según la Universidad Johns Hopkins. El mes pasado, los casos en el país aumentaron drásticamente, lo que llevó a las autoridades a ordenar el confinamiento de más de 25 millones de personas, incluidas las de la provincia de Cavite.
La Secretaría de Gobernación y Gobierno Local y el alcalde de la ciudad de General Trias ordenaron una investigación sobre la muerte de Peñaredondo, según el informe.
«Todos los agentes de policía que se demuestre que han violado la ley serán procesados y sancionados con las sanciones (administrativas) y penales correspondientes», dijo el subsecretario del departamento, Jonathan Malaya, en un mensaje de texto a CNN Filipinas.
La muerte de Peñaredondo sigue a una serie de incidentes que involucran técnicas policiales brutales.
En un comunicado el mes pasado, la organización sin fines de lucro Human Rights Watch (HRW) señaló informes de que los funcionarios habían encerrado a cinco jóvenes dentro de una jaula para perros por violar la cuarentena. Según los informes, también obligaron a personas a sentarse al sol del mediodía como castigo por violar el toque de queda.
José Manuel Diokno, abogado y fundador de Free Legal Assistance Group (FLAG), dijo que no era legal encerrar a las personas en jaulas u obligarlas a hacer 300 sentadillas. «Las únicas sanciones que pueden imponer las fuerzas del orden por cualquier tipo de infracción son las que se encuentran en la ley local y la ley nacional, y no tenemos ninguna ley que permita que las personas sean encerradas en jaulas para perros o que hagan ejercicio durante largos períodos de tiempo», dijo.
Un enfoque estricto en Filipinas
Agentes de policía inspeccionan a los automovilistas en un puesto de control de cuarentena, el 29 de marzo de 2021 en Marikina, Metro Manila, Filipinas.
Filipinas ha adoptado un enfoque estricto para contener el coronavirus.
El presidente Rodrigo Duterte ha aplicado sus tácticas tradicionales de hombre fuerte y en abril del año pasado cijo que la policía mataría a tiros a cualquiera que violara las restricciones. «No dudaré. Mis órdenes son para la policía, los militares y los barangays: si se ponen rebeldes y pelean y sus vidas están en peligro, disparen y maten», dijo Duterte durante un discurso.
Un gran número de personas han sido detenidas por violar las restricciones en los últimos 12 meses. Entre marzo y agosto del año pasado, casi 290.000 personas recibieron una advertencia o fueron multadas o acusadas por violar las reglas de cuarentena, informó CNN Filipinas. Desde que Duterte cerró la principal isla filipina de Luzón, el 16 de marzo de este año, cientos de personas fueron arrestadas en Manila, dijo HRW en marzo.
Las autoridades filipinas argumentan que se necesita un enfoque estricto para controlar el brote en el país. Pero Carlos Conde, investigador principal de HRW con sede en Filipinas, argumenta que los casos en aumento muestran que las medidas no han funcionado. En cambio, dijo que la decisión de arrestar a personas en masa probablemente ha llevado a tener individuos «apiñados como sardinas» en cárceles abarrotadas, sin distanciamiento social.
Las órdenes de cierre también han perjudicado a las personas que necesitan dejar sus hogares para trabajar, dijo, y agregó que las medidas eran «muy contra los pobres».
En su informe anual publicado esta semana, Amnistía Internacional criticó el enfoque de Filipinas y señaló que «las medidas tomadas por el gobierno para frenar la propagación del covid-19 dieron lugar a numerosos abusos de los derechos humanos».
El mes pasado, Duterte defendió el uso de antiguos elementos militares en la lucha contra el covid-19: «No es necesario ser médico aquí», dijo según un informe de CNN Filipinas. CNN se ha comunicado con la Agencia de Información oficial de Filipinas para obtener comentarios.
Disminución de las libertades
Un agente de policía toma fotografías de presuntos violadores del toque de queda en un puesto de control de cuarentena el 29 de marzo de 2021 en Marikina, Metro Manila, Filipinas.
Los métodos policiales brutales han sido un problema durante años en Filipinas. Desde que Duterte llegó al poder en 2016, miles han muerto en la «guerra contra las drogas» después de que el presidente ordenó a la policía que matara a cualquier persona que creyera que estaba relacionada con el tráfico de drogas.
Pero los activistas dicen que la pandemia ha degradado aún más las libertades y los derechos humanos.
Según Conde, el problema clave es que el gobierno está tratando el covid-19 como un problema de seguridad pública, no como un problema de salud. Los roles descomunales otorgados a los militares y la policía solo han aumentado la prevalencia de tácticas policiales agresivas, dijo.
«Creo que la policía, los militares y el gobierno local se han envalentonado para cometer violaciones de derechos humanos aún más durante la pandemia», dijo.
Diokno, el abogado, dijo que las autoridades «acaban de seguir el ejemplo de su líder», refiriéndose a Duterte.
Ha habido impactos más allá de aquellos que fueron arrestados por violar la cuarentena. Según HRW, hubo un aumento del 50% en las personas muertas en la «guerra contra las drogas» de abril a julio de 2020 en comparación con el período de cuatro meses anterior.
Diokno dijo que los derechos humanos habían sido «muy claramente» degradados por la pandemia. «Aparte de las vidas que se han perdido, las primeras víctimas de la pandemia fueron los derechos y las libertades democráticas», dijo.