Exclusivo: Reino Unido suspende parte del intercambio de inteligencia con EE.UU. por desacuerdo sobre ataques a embarcaciones
Por Natasha Bertrand, CNN
El Reino Unido ya no comparte información de inteligencia con Estados Unidos sobre embarcaciones sospechosas de ser usadas para el narcotráfico en el Caribe, ya que no desea ser cómplice de los ataques militares estadounidenses y considera que estos son ilegales, según informaron a CNN fuentes familiarizadas con el asunto.
La decisión del Reino Unido representa una ruptura significativa con su aliado más cercano y socio en el intercambio de inteligencia, y subraya el creciente escepticismo sobre la legalidad de la campaña militar estadounidense en América Latina.
Durante años, el Reino Unido, que controla varios territorios en el Caribe donde mantiene bases de inteligencia, ha ayudado a Estados Unidos a localizar embarcaciones sospechosas de transportar drogas para que la Guardia Costera estadounidense pudiera interceptarlas, indicaron las fuentes. Eso significaba que los barcos serían interceptados, abordados, su tripulación detenida y las drogas confiscadas.
La información de inteligencia se enviaba generalmente al Grupo de Trabajo Interinstitucional Conjunto Sur, un grupo de trabajo con base en Florida que incluye representantes de varios países aliados y trabaja para reducir el narcotráfico.
Sin embargo, poco después de que Estados Unidos comenzara a lanzar ataques letales contra embarcaciones, en septiembre, el Reino Unido empezó a preocuparse de que Estados Unidos pudiera utilizar la información de inteligencia proporcionada por los británicos para seleccionar objetivos. Funcionarios británicos creen que los ataques militares estadounidenses, que han causado la muerte de 76 personas, violan el derecho internacional, según indicaron las fuentes. La interrupción del suministro de información de inteligencia comenzó hace más de un mes, añadieron.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó el mes pasado que los ataques violan el derecho internacional y constituyen “ejecuciones extrajudiciales”. El Reino Unido coincide con esa evaluación, según informaron las fuentes a CNN.
La embajada británica en Washington, el Pentágono y la Casa Blanca no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Antes de que las fuerzas militares estadounidenses comenzaran a hundir embarcaciones en septiembre, la lucha contra el narcotráfico estaba a cargo de las fuerzas del orden y la Guardia Costera de EE.UU. Los miembros de cárteles y narcotraficantes eran tratados como delincuentes con derecho a un debido proceso, algo en lo que el Reino Unido colaboraba con gusto, según las fuentes.
Sin embargo, la administración Trump ha argumentado que las Fuerzas Armadas de EE.UU. pueden matar legalmente a supuestos narcotraficantes porque representan una amenaza inminente para los estadounidenses y son “combatientes enemigos” que se encuentran en un “conflicto armado” con EE.UU., según un memorándum enviado por la administración al Congreso. La Oficina de Asesoría Legal del Departamento de Justicia emitió una opinión, que aún está clasificada, reforzando ese argumento, según informó CNN, y Trump ha designado a varios cárteles de la droga como “grupos terroristas extranjeros”. La Casa Blanca ha afirmado repetidamente que las acciones del Gobierno “cumplen plenamente con el Derecho de los Conflictos Armados”, la rama del derecho internacional destinada a prevenir ataques contra civiles.
Sin embargo, expertos legales señalan que el Derecho de los Conflictos Armados se aplicaría incluso a civiles que trafican drogas, y que la designación de un grupo como organización terrorista extranjera no autoriza automáticamente el uso de fuerza letal. Según CNN, varias embarcaciones atacadas por Estados Unidos se encontraban estacionarias o estaban dando la vuelta al momento del ataque, lo que contradice la afirmación del Gobierno de que representaban una amenaza inminente que no podía ser neutralizada mediante interceptación y arresto.
Altos funcionarios de defensa estadounidenses también han expresado escepticismo sobre la campaña militar. El comandante del Comando Sur de Estados Unidos, el almirante Alvin Holsey, ofreció su renuncia durante una tensa reunión el mes pasado con el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, tras cuestionar la legalidad de los ataques, según informó CNN. Holsey dejará su cargo en diciembre, apenas un año después de haber asumido la dirección del Comando Sur.
Abogados especializados en derecho internacional de la Oficina del Asesor Jurídico del Departamento de Defensa también han expresado su preocupación por la legalidad de los ataques, según informó CNN. Varios abogados, tanto en activo como retirados, pertenecientes a las Fuerzas Armadas, declararon a CNN que los ataques no parecen ser legales. El portavoz de Hegseth ya había negado que algún abogado involucrado en las operaciones hubiera manifestado su disconformidad.
Canadá, otro aliado clave de Estados Unidos que ha ayudado a la Guardia Costera estadounidense a interceptar a presuntos narcotraficantes en el Caribe durante casi dos décadas, también se ha desvinculado de los ataques militares estadounidenses. Fuentes informaron a CNN que Canadá tiene la intención de continuar su colaboración con la Guardia Costera, denominada operación Caribe. Sin embargo, el país ha dejado claro a Estados Unidos que no desea que su inteligencia se utilice para seleccionar embarcaciones para ataques letales, según indicaron las fuentes a CNN.
Un portavoz de la Defensa canadiense declaró a la prensa canadiense el mes pasado que “es importante señalar que las actividades de las Fuerzas Armadas canadienses en el marco de la operación Caribe, realizadas en coordinación con la Guardia Costera de Estados Unidos, son independientes y distintas” de los ataques militares estadounidenses contra embarcaciones sospechosas de ser usadas para el narcotráfico.
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