Hallan una boa enana de 30 centímetros en la Amazonia ecuatoriana
urielblanco
(CNN) — Científicos identificaron una nueva especie de boa enana que vive en la Amazonia ecuatoriana y que podría encantar incluso a los que odian a las serpientes: estos pequeños reptiles miden apenas 30 centímetros.
Alex Bentley, coordinador de investigación de la estación de campo Sumak Kawsay In Situ, en las faldas orientales de los Andes, se topó con una pequeña serpiente enroscada en una zona de bosque nuboso, un bosque de tierras altas donde las nubes se filtran entre las copas de los árboles.
Envió una foto de la serpiente a sus colegas, entre ellos Omar Entiauspe-Neto, estudiante de posgrado de la Universidad Federal de Río Grande del Sur y del Instituto Butantan de Brasil.
“Radicalmente diferente”
“Nos sorprendió de inmediato, porque no debería estar ahí”, afirma Entiauspe-Neto, autor correspondiente del artículo que describe la especie en la revista European Journal of Taxonomy.
Al igual que sus semejantes, la T. cacuangoae está lejanamente emparentada con la boa constrictora. (Danilo Medina)
Se han identificado otras boas enanas en otros lugares de Sudamérica y las Antillas, pero nunca se había encontrado ninguna en la región donde Bentley avistó esta. La más parecida que se conoce en Ecuador vive al oeste de los Andes y, según Entiauspe-Neto, tiene un aspecto “radicalmente distinto” del espécimen de la foto de Bentley.
Aunque la serpiente no coincidía con ninguna especie conocida de boas enanas, tenía mucho en común con un espécimen del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales recogido hace varios años.
“Normalmente nos da miedo describir nuevas especies basándonos en un solo ejemplar, porque existe la posibilidad de que haya algún tipo de variación”, dijo Entiauspe-Neto. “Una vez que tuvimos esos dos ejemplares, estuvimos bastante seguros de que se trataba de una nueva especie”.
Cuando se siente amenazada, esta especie de boa enana se hace bola y sangra por los ojos. (Danilo Medina)
Al comparar tanto las características físicas como las secuencias genéticas de las serpientes misteriosas con especies conocidas, los investigadores determinaron que habían encontrado un animal nuevo para la ciencia. La bautizaron Tropidophis cacuangoae en honor a Dolores Cacuango, una activista indígena que defendió los derechos de la mujer y fundó las primeras escuelas bilingües de Ecuador, con clases en español y en la lengua indígena quechua.
Primos lejanos
Al igual que las demás boas enanas, la T. cacuangoae está lejanamente emparentada con la boa constrictora, de mayor tamaño, pero tienen rasgos clave en común.
Ambas tienen cuerpos gruesos y sus esqueletos presentan huesos vestigiales de la cadera, reliquias de los antiguos antepasados de las serpientes con patas. Y en lugar de estar armadas con veneno, aprietan a su presa hasta matarla, bloqueando el flujo sanguíneo y provocándole un paro cardiaco.
Hallan una enorme serpiente boa constrictor en un equipaje de mano
Mientras que las boas constrictoras de 3 metros persiguen animales tan grandes como cerdos salvajes, las boas enanas se alimentan principalmente de pequeños lagartos. Y como no tienen el tamaño a su favor, las boas enanas han desarrollado un extraño mecanismo de defensa: cuando se ven amenazadas, se hacen bola y sangran por los ojos.
Este comportamiento, que también se observa en los lagartos con cuernos, puede parecer más asqueroso que amenazador, pero Entiauspe-Neto sospecha que forma parte de un conjunto más amplio de simulaciones de muerte en todo el reino animal.
“La mayoría de los depredadores tienden a alimentarse de presas vivas. Si un depredador, como un águila, ve una boa enana enroscada y sangrando por los ojos, “es muy probable que piense que la serpiente puede estar enferma o moribunda, por lo que no se alimentará de ella” para evitar contagiarse de lo que haya hecho que la serpiente parezca enferma.
Sin embargo, las boas enanas se enfrentan a amenazas mucho mayores que los depredadores: la especie recién identificada puede estar ya en peligro debido a la pérdida de hábitat. “Su área de dispersión es bastante reducida”, explica Entiauspe-Neto. “Así que, aunque todavía tiene que ser evaluada formalmente por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), creo que podría estar amenazada de extinción”.
Thaís Guedes, investigadora de la Universidad Estatal de Campinas (Brasil) que no participó en el estudio, elogió el trabajo. “Siempre me alegro cuando veo que se introduce una nueva especie de serpiente en el mundo”, dijo Guedes.
También es importante honrar a la activista Cacuango con el nombre de la especie, dijo, ya que los pueblos indígenas desempeñan un papel clave en la conservación.
Kate Golembiewski es una escritora científica independiente con sede en Chicago a la que le apasionan la zoología, la termodinámica y la muerte. Presenta el programa de humor “Un científico entra en un bar”.
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