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OPINIÓN | Ni Hollywood hubiera escrito la saga de Putin, Navalny y Trump

Nota del editor: Frida Ghitis, exproductora y excorresponsal de CNN, es columnista de asuntos mundiales. Es colaboradora frecuente de la sección de opinión de CNN, columnista colaboradora de The Washington Post y columnista de World Politics Review. Puedes seguirla en su cuenta de Twitter, @fridaghitis. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas. Puedes leer más artículos como este en cnne.com/opinión.

(CNN) — En las últimas semanas de la convulsa presidencia de Trump, en los últimos días del surrealista año 2020, tres historias se unen para producir el tipo de final cinematográfico que, como gran parte de lo que hemos experimentado este año, incluso los ejecutivos de Hollywood podrían haber encontrado demasiado inverosímil para llevar a la pantalla.

Esta semana, nos enteramos de detalles incluso más dramáticos sobre el intento de asesinato de Alexei Navalny, el principal crítico interno del presidente ruso, Vladimir Putin. Al mismo tiempo, seguimos las noticias de un ciberataque masivo a los sistemas gubernamentales, dirigido a muchos países, pero principalmente a Estados Unidos. En este caso, incluso el secretario de Estado Mike Pompeo apuntó con el dedo acusador a Rusia.

Luego está la tercera historia: el presidente Donald Trump finalmente rompió su silencio sobre el ciberataque —cambiando brevemente el tema de su obsesión con las elecciones de noviembre que perdió—, y lo hizo solo para restar importancia a las sugerencias sobre la participación rusa. De esta manera contradijo a expertos en su gobierno y en el sector privado que dicen que las huellas dactilares de Rusia están por todas partes, con evidencia de que fue hecho por un grupo llamado Cozy Bear, vinculado con la inteligencia militar rusa.

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El cinematográfico engaño de Navalny al agente ruso 4:50

Lo que tenemos, en resumen, es una evidencia creciente de que el régimen ruso encabezado por Putin ataca en casa y en el extranjero. Dentro de Rusia, presuntamente enviando un escuadrón para matar a un hombre cuyo crimen es exigir democracia y el fin de la corrupción. En el extranjero, presidiendo la infiltración de importantes redes gubernamentales y privadas de Estados Unidos.

En momentos en que Putin aparece como un enemigo despiadado, el esfuerzo de Trump por defenderlo parece tan desconcertante como siempre y subraya un misterio que perdura de la presidencia de Trump: por qué le ha resultado imposible criticar a Putin durante su tiempo en la Casa Blanca. No lo hizo cuando supimos que los rusos ofrecieron recompensas por el asesinato de soldados estadounidenses en Afganistán. Y no lo hizo ahora, cuando Estados Unidos enfrenta uno de los peores ciberataques de su historia.

Con el tiempo, las tres historias podrían formar parte de un aluvión de producciones. Innumerables películas y series pueden surgir de la locura de nuestro tiempo.

Una de las primeras en recibir luz verde probablemente sea el thriller de espías con base en la vida real sobre el intento de asesinato de Navalny, más satisfactorio por su giro más reciente, en el que Navalny convenció a uno de los que hubieran sido sus presuntos asesinos para que confesara.

Hace apenas unos días, periodistas de investigación de Bellingcat y CNN publicaron un informe explosivo que identifica a miembros de un equipo de inteligencia ruso especializado en el uso de toxinas y agentes nerviosos. Navalny apenas sobrevivió a un intento de asesinato en agosto pasado, cuando cayó gravemente enfermo durante un vuelo sobre Siberia, que hizo que el avión realizara un aterrizaje de emergencia en la ciudad de Omsk. Luego de demoras inexplicables, las autoridades finalmente autorizaron su liberación a Alemania. Allí los médicos concluyeron que había sido envenenado con Novichok, un agente nervioso desarrollado por científicos soviéticos y conocido por el intento de asesinato de rusos en el Reino Unido en 2018.

Las investigaciones de Bellingcat ya habían desenterrado evidencia del papel de Rusia en ese golpe de 2018, así como de los ataques con veneno de Rusia en Alemania, y el derribo de un avión civil por parte de separatistas prorrusos en Ucrania. Esta vez, en un trabajo conjunto con CNN, detallaron cómo los hombres de Putin supuestamente siguieron a Navalny durante años. La apasionante historia se completa con imágenes, nombres y títulos de los hombres que se cree que estuvieron involucrados en el ataque de agosto.

Luego Navalny llamó a uno de los hombres, Konstantin Kudryavtsev, disfrazando su número de teléfono y pretendiendo ser un agente de seguridad ruso. La grabación, ahora traducida, es imperdible. Kudryavtsev describe cómo puso veneno en la ropa interior de Navalny, viajó a Omsk para recuperar la ropa envenenada y estuvo escalofriantemente cerca de matar a su víctima.

Putin negó haber intentado matar a Navalny, y alegó que todas las historias son una invención de la inteligencia estadounidense, pero admitió que Navalny ha estado bajo vigilancia. Si Rusia hubiera querido matarlo, dijo Putin, lo habrían «terminado».

Lo que surge es una imagen de Putin menos como un estadista que como un villano de dibujos animados con bigotes retorcidos, o tal vez como un jefe de la mafia común y corriente.

Por eso es tan impactante escuchar a Trump insistir en defenderlo.

Funcionarios estadounidenses y expertos de Microsoft dicen que Estados Unidos está bajo un gran ataque incluso ahora. El secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, lo calificó como «un esfuerzo muy significativo» y agregó: «podemos decir con bastante claridad que fueron los rusos los que participaron en esta actividad». Rusia también niega cualquier participación aquí.

En Estados Unidos esto se ha descrito como el peor fallo de inteligencia desde Pearl Harbor. Los infiltrados han entrado en lo profundo del gobierno de Estados Unidos. Los hackers han accedido a los departamentos de Estado, Tesoro, Defensa, Seguridad Nacional y otros. Sin embargo, poco después de la declaración de Pompeo, Trump saltó en defensa de Rusia al tuitear: «El ciberataque es mucho mayor en los medios de noticias falsas que en la realidad… Rusia, Rusia, Rusia», se burló, acusando a los medios de ignorar la «posibilidad de que pueda ser China (¡puede ser!)».

Fue una afirmación absurda, contraria a las opiniones de los expertos.

El lunes, el secretario de Justicia saliente, William Barr, rechazó las afirmaciones de Trump de fraude electoral generalizado y se refirió al ciberataque. «Estoy de acuerdo con la evaluación del secretario Pompeo», afirmó, «ciertamente parece que son los rusos».

Un día se conocerá la explicación de la devoción de Trump por Putin. Hasta entonces, quizás los guionistas deban dejar esa pregunta abierta, un momento de suspenso. Mientras tanto, aprendemos más sobre cómo opera Putin, lo que hace que el comportamiento de Trump solo sea más desconcertante. Todo parece ficción, pero aquí estamos. Lo creemos porque lo vemos.

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